Vicente lleva trabajando en la huerta de Campanar, tierra donde nació hace ya más de 50 años, desde que tiene uso de razón. Un oficio y una experiencia que le viene de familia y que le da para tener una opinión más que fundada acerca de hacia dónde va su trabajo y la situación tanto suya como de sus colegas.
Ha trabajado con clientes que confeccionaban fruta (mercado nacional y exportación), trabaja frutas y verduras de temporada (de proximidad) para comercios locales y hoy además trabaja su campo rodeado de jóvenes vecinos que empiezan a interesarse por todo esto a través de los huertos urbanos.
360 grados. Así que solo nos queda aprender y aprovechar al máximo esta charla. Vamos allá:
P.- Preséntate. Llevas en esto toda tu vida y te viene de familia, cuéntanos el proceso hasta hoy.
Empecé porque mi padre me llevaba al campo para hacerle compañía. Poco a poco le iba ayudando más y más… Y a mi no me gustaba estudiar. Entonces, la cosa estaba clara. “Si no vols estudiar, al camp”. Me fui cogiendo hasta acabar cultivando sus tierras… Y así hasta hoy, siguiendo la tradición de los abuelos.
P.- En cuanto a modelo de negocio, ¿cómo trabajas actualmente? Quienes son tus clientes, etc.
Hace años, mis clientes eran comercios que se dedicaban a confeccionar la fruta, tanto a nivel nacional como para la exportación. Y hoy en día la verdad es que he cambiado el chip. Me dedico a hacer productos de comercio de proximidad y temporada que reparto en tiendas. Aún hago productos que van a exportación. Patatas, naranjas y cebollas que debido a la gran cantidad de producto no lo puedo repartir por las tiendas y se lo vendo a un comercio y va a exportación.
P.- Parece que existe una tendencia entre la gente joven de defensa de la huerta. Por ejemplo, en esta misma huerta de Campanar hay terrenos que no se estaban trabajando que se ceden para que los cultiven otros (huertos urbanos), mucha gente joven, grupos de amigos que tienen su trabajo, pero lo compaginan a modo de hobby… ¿Qué opinas de esta tendencia?
Sí, es obvio que es algo que se está moviendo. Y por lo que veo es algo lúdico. Al final, mucha de esta gente viene al campo como una válvula de escape. El problema es que esto a veces es complicado. Hay personas que tienen la mentalidad de llegar, sembrar lo que tengan que sembrar y no vuelven hasta muchos días después. Se crean muchas malas hierbas…
En definitiva, hay que estar muy pendiente. Hay mucha gente joven que, a causa de todo esto, se lo acaba dejando. Hay mucha rotación, de hecho, lo normal es que se lo acaben dejando cada 4-5 meses. Pero dicho esto, esta tendencia de acercarse un poco a la huerta es súper importante y necesaria.
P.- ¿Y crees que esto se traduce en consumo? ¿Ves que este interés está teniendo como consecuencia que se empieza a apostar directamente por el producto natural, de calidad y de proximidad mucho más que antes?
Rotundamente sí. Cuando entras en una tienda con las cajas de alcachofas, patatas, naranja… La gente se queda encantada. Es triste decir esto, pero les llama la atención que estén en una verdulería y vean a un hombre que lleva encima producto recién cogido de la huerta. De proximidad. La gente lo valora muchísimo, y diría que cada vez más.
“La gente se queda encantada. Es triste decir esto, pero les llama la atención que estén en una verdulería y vean a un hombre que lleva encima producto recién cogido de la huerta. De proximidad”
P.- Ya que hemos hablado del producto de temporada y que tu lo llevas trabajando toda la vida. ¿Por qué crees que hay que apostar por ello? ¿Alguna vez te has planteado exportar tus productos, y qué te movería a hacerlo?
Ni de coña, para eso se necesita una infraestructura y unas condiciones que yo hoy en día no tengo. Y lo de apostar por el producto de temporada, en su momento ya valoré el tema del transporte y todo lo que eso implica. El factor medioambiental es importante y si en nuestra posición tenemos oportunidad de hacer algo en este aspecto, creo que directamente debemos hacerlo.
Huerta de Campanar, València
P.- Noticia: “Los agricultores denuncian abusos en la compraventa de cítricos y exigen medidas del gobierno” ¿Hasta qué punto te ha afectado esta situación? ¿Hasta qué punto los agricultores siguen siendo maltratados y qué opinión tienes sobre esta situación?
Los maltratados siempre somos los mismos. El productor y el consumidor. Y eso siempre ha sido así. La cadena alimentaria tiene varios eslabones y todos encarecen el producto. Se le quita al de abajo y se le encarece al de arriba.
P.- ¿Cómo te ves en 10 años? Más que a ti mismo a nivel personal, al labrador que desarrolle el trabajo que hoy haces tú
No me gusta decirlo, pero me da un poco de lástima. Hay que currar mucho, pero el problema es que si todo sigue igual cada vez lo van a tener más difícil. De hecho, no hay relevo generacional porque es difícil vivir de la huerta. En fincas grandes es más viable, pero hace falta muchísima inversión. En la huerta es muy complicado.
P.- ¿Qué opinas sobre el cultivo ecológico? ¿Lo ves viable a nivel de negocio?
Sí, de hecho, lo veo cada vez más viable. Debe de tener futuro por el bien de todos y lo más importante es que tiene que acabar valorándose como merece. Los que trabajamos en el campo sabemos la dificultad que tiene sacar un producto (de la calidad que exige el mercado) en agricultura ecológica. Eso es muy complicado, y cuando se consigue, se tiene que valorar y tener el precio justo que merece.
Hay que cambiar el chip, y lo tenemos que hacer todos. Si no, lamentablemente esto se acaba, que es lo que te comentaba en la pregunta de antes.
“Al final, es lo mismo que hablábamos antes con lo de entrar a verdulerías con cajas de fruta y verdura recién recolectadas del huerto de al lado. La gente cada vez lo valora más, y todo va a depender de que esa conciencia se asiente como hábito”
